sábado, 28 de junio de 2014

Meine mutter

    No es antojadizo que el título del post esté escrito en alemán. 'Meine mutter' significa 'mi mamá', y es justamente de eso sobre lo que se trata este post. Está escrito en alemán ya que mi mamá está convencida de que ella procede de la nación teutona, declarando que su segunda lengua es el alemán (a pesar de que solo se sepa canciones de rondas de niñ@s).

    Como toda madre, mi mamá es un ser excepcional. Las cosas de la vida la hicieron una mujer difícil de comprender, dado que muchas personas piensan que es demasiado ruda para ser mujer. No obstante y a pesar de eso, a ella le tocó ser mi mamá y a mí me tocó ser su hija, y sus enseñanzas han quedado marcadas en mí de manera evidente. En mis primeros años de vida la recuerdo (gracias a los miles de videos que grababa mi papá) tierna y hablándome con el típico tono con que le hablan a los niños. Siempre preocupada de nosotras. Sin embargo su lado rudo no tardó en aparecer, y así fue como quedaron en mi grabados algunos hechos que, a pesar de haber estado marcados algunas por penas de mi mamá, me curtieron y me hacen la persona que soy hoy y que hacen que el tipo de relación que tengo con mi mamá sea muy distinta a la que les conozco a otras personas.

    Más allá de lo que mi mamá me quiso enseñar y de lo que yo efectivamente aprendí, nuestra relación de madre-hija ha sido marcada por muchos hitos que dan cuenta del tipo de prácticas pedagógicas que adoptó mi mamá conmigo.

    Mi primer recuerdo de la crianza inusual que me dio junto a mi padre fue el de los términos y condiciones sobre la hora de dormir los fines de semana. Creo que yo tenía cuatro años y mi hermana cinco. Los viernes mis papás invitaban a sus amigos y bebían cerveza Cristal. Como era viernes podíamos estar en pie hasta 'tarde' y el hito con que coronábamos la noche con mi hermana era tomándonos los conchos de cerveza tibios que guardaban los shoperos (los hoy en día llamados 'meados') Y CON PLENA AUTORIZACIÓN DE MIS PADRES.



    Recuerdo, por ejemplo, que cuando iba en 3° básico en el colegio me costaban CALETA las tablas y las divisiones y mis notas comenzaron a irse a la chucha. Más encima después, para la navidad del 99' me regalaron un teclado que pasaba tocando TODO el puto día, por lo que mis notas bajaron aún más. Además nunca tuve hábitos de estudio estrictos, por lo que cuando llegó el momento de las multiplicaciones y divisiones no atiné a sentarme a entender, sino que a buscar consuelo jugando con mis perros. Un día, cuando iba ya en 5° básico, me entregaron un 3,4 en un control de matemáticas. Creo que fue el primer rojo (de miles que vinieron después) de mi vida, y tenía que devolverlo firmado por mis papás. Después de haber tenido el control guardado por unos días para retardar lo más posible el momento para pasárselo decidí ponerme los pantalones y hacerlo. Llegué tímida con el control afirmado con mis manos detrás de la espalda. Le digo: 'mamá... tienes que firmarme el control'. Sus ojos se fijaron en la hoja de papel y me di cuenta de su cara de enojo. Pensé 'se viene, me va a decir que tengo prohibido tocar el teclado'. Sin embargo me dijo algo mucho más inusitado que eso. Evidentemente hubo un reto, pero la amenaza no consistió en quitarme el teclado sino que en 1) Te voy a retar, 2) Te voy a RAPAR, 3) Te voy a cambiar a la escuela pública de Las Canteras (un liceo que había llegando a mi casa y que parece que era de lo piosh pero que yo amaba en secreto) y 4) Me voy a ir de la casa. Cualquiera pensaría que esto tuvo el efecto deseado en mí, sin embargo por distintos motivos eso no pasó.
Esto hizo que mi nivel de graduación de las condiciones que otros me ponían estuviera CLARAMENTE DESPROPORCIONADO. A pesar de que mi mamá quería lo mejor para mí mis notas siguieron cayendo y por lo tanto más retos venían, pero como esto duró hasta II° medio hubo un momento en que mi mamá se rindió.



    Cuando cumplí diez años mi mamá automáticamente pensó que yo era merecedora de saber todos sus secretos. Pero TODOS. Ya no había misterios de ella hacia mí. Fue así como con esos cortos años ya me sabía entera La Pirilacha y se la cantaba a mis amigas, además de saberme todos los sobrenombres picarones del pene (pico, tula, manguaco, pichula, pilín, trompa, ETC), lo que probablemente explique por qué mis compañeras me encontraban tan ordinaria ¿quién me enseñó todo esto? Mi mamá. 

    Fue a esa misma edad cuando a mi hermana mayor le llegó la regla por primera vez, y recuerdo el manso show que le hicieron. Le llevaba: estadía en cama por una semana, las más delicadas atenciones, chocolates GRATUITOS, SIN ESFUERZO, un ramo de flores y llantos de mi papá diciendo '¡ya eres una mujer!'. Esperaba que pasara lo mismo cuando a mí me llegara. Sin embargo, el día que me llegó mi mamá estaba internada en la clínica por apendicitis. Me acuerdo que ante la confusión de encontrar algo inesperado en mi ropa interior llamé a mi mamá por teléfono y le dije 'mamá, qué significa cuando sale una cosa de ese color?' y mi mamá 'Manenita!! dígale a su hermana que le enseñe a ponerse una toalla higiénica'. Mi hermana me enseñó y de pronto el flow desapareció. Mi mamá me dijo 'si te pasa de nuevo, me tienes que decir'. Al mes siguiente me pasó de nuevo y mi mamá ya estaba en casa. Le dije 'mamá, pasó de nuevo lo que me pasó cuando estabas internada en la clínica' y me dijo 'estás segura? a ver, déjame ver'. Yo, con el pudor hacia mi cuerpo que me habían inculcado en clases de biología, sobre todo cuando éste empezaba su fase de desarrollo, le dije '¿qué quieres ver?', 'muéstrame los calzones'. Se los mostré y, ante su negativa a creer que me había llegado la regla no encontró nada mejor que REVISARME y preguntarme 'segura que no te hicieron nada? nadie te ha hecho nada?' y yo 'no mamá, nadie'. 'No te veo ninguna herida... a ver, pero abre más las piernas' y yo ahí dele que dele, hasta que al final me dice 'ah, era verdad, te llegó la regla! Felicidades, eres una mujer!' y, acto seguido, me enseñó a ponerme una toalla higiénica. Los chocolates, llantos y atenciones nunca llegaron, pero sí la improvisación de mi mamá como ginecóloga.



    Tengo muchas historias con mi mamá y que delatan su especial estilo. Me acuerdo de una vez haber estado en un taco interminable en Av. Kennedy y mi mamá echaba sus clásicas puteadas: 'ya poh aweonaos, muevan la raja weon ooooh por la chucha, qué weá están esperando ¿que les den la pasá?', pero siempre con la elegancia que la caracteriza. Y en eso nos damos cuenta de que parte del taco era causado por una enorme camioneta verde que la conductora escasamente sabía manejar. Mi mamá pensó que esta aweoná se merecía un garabato, por lo que al momento de poder adelantarla bajó la ventana y le gritó 'EEEERF, SACO 'E WEAS' y al momento de mirar a su interlocutora se dio cuenta de que era Bruno de Axé Bahía.
Vieja culia.Aunque como estaban recien llegados a Chile me imagino que no entendio niuna wea.

    Mi mamá =) una vez cuando tenía como 16 estaba en el colegio muriendo de dolor de muelas, por lo que me mandaron pa la casa. Mi mamá estaba ahí y me dijo que la mejor cura era tomar whisky por lo que, comprenderán, que no sólo se me acabó el dolor de muelas sino que TODO LOS DEMÁS DOLORES.


    Nos levantábamos para ir al colegio y nos decía 'tienen ganas de ir?', 'nooo, mi día está muy fome', 'entonces pa qué van? quédense' y nos íbamos a acostar a su cama a ver el Buenos Días a Todos, aquellos tiempos en que era conducido por Camiroaga a quien mi mamá amaba.

    Mi mama =) me acuerdo los tiempos en que me gustaba tanto Charly García que podía pasar días enteros encerrada en mi pieza escuchándolo, y mi mamá tenía susto porque pensaba que en cualquier minuto me salía un bigote bicolor y me andaba tirando a piscinas de hoteles desde el noveno piso (de verdad mi mamá pensaba que por imitación yo iba a decidir ponerme a jalar).

    Mi mamá =) la única que celebraba conmigo cuando me llegaba la clásica carta del colegio diciendo: "Querida Magdalena: Nos complace enormemente informarle que para el año entrante podrá seguir perteneciendo a la comunidad del colegio" (tuve una racha como de 4 años en que siempre estaban a punto de echarme).



    Mi mamá =) la primera vez que me emborraché llegué a mi casa apenas (fue pa un 18 de septiembre) y el 19 mi mamá me estaba esperando con unas empanadas que chorreaban queso derretido, y le dije que no quería comer porque no me sentía bien, que estaba mareada y con asco. Y me dijo "Tu primera caña!" y me acostó en su cama y me atendió como reina. 

    Mi mamá =) siempre me dijo que el día en que yo perdiera mi virginidad ella se iba a dar cuenta porque 'una queda media ahueoná, quedai como media atontada'. El día aquél a la primera persona a la que quise contarle fue a ella. Y de inmediato lo supo. Bastó con que me dijera 'siéntate' y yo, acto seguido, dijera 'AUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUCHHHHHHHHHH' pa que me dijera 'ya sé, perdiste tu virginidad'.

    Mi mamá =) una vez nos juntamos a tomar algo la semana que murió Camiroaga, por lo que mi mamá andaba hipersensible. Había un tipo tocando piano a modo de amenizador de ambientes, y por algún motivo nos enteramos de que era amigo de Camiroaga. Al enterarnos de esto mi mamá se paró y le fue a decir 'por qué no le dedicas una canción a Felipito?' y el tipo cantó la canción que todos sabemos: ÁNGEL PARA UN FINAL. Hay que mencionar que ya estábamos medias ebrias y mi mamá empezó a llorar desconsoladamente. Cuando dejamos el fino hotel en donde nos encontrábamos, mi mamá le preguntaba a los guardias de estacionamiento "POR QUÉ SIEMPRE LA GENTE BUENA ES LA QUE TIENE QUE MORIIIIIIIIIIIIRRRRRRRRRRRRRRR"

    Mi mamá =) cuando me voy de mochileo con mi pololo mi mamá cree que estamos muriendo de inanición/frío/cansancio por lo que nos deposita plata para que recarguemos las pilas de la manera más fina. Fue así como conocimos el restaurant de la Kunstmann en Valdivia.

    Ah... y para qué hablar de la historia de la planta

    Todo esto es poco decir. A pesar de que much@s dirán que mi mamá está loca creo necesario aplicar un cliché que dice así: 'buena parte de lo que soy es gracias a ella'. A pesar de que hemos tenido problemas y de que somos MUY distintas (me encuentra una hippie mugrienta, sé que no le gusta mi pelo morado, ni que sea pseudovegetariana, ni que sea atea y 'comunista, más encima. le salí con todas), nuestra relación está mejor que nunca y me arrepiento de pocas cosas que he vivido con ella. Mi mamá es 'ruda' pero de lo más bien que ha salido adelante, que ha hecho cosas de las que no se creía capaz,  se ha caído treintamil veces pero ninguna de esas experiencias le han quitado la dulzura ni las ganas de seguir queriendo genuinamente como lo hace, y eso la hace una de las mujeres más fuertes, por haber aguantado tantas cosas en la vida, pero también de las más valientes que haya conocido jamás, por su capacidad para sobreponerse y volver a querer.

SALÚ POR MI MAMÁ!

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